Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la primera causa de muerte prematura en Europa. Unos adecuados hábitos de salud son importantes para prevenir y tratar estas ECV, que ocasionan además de un coste humano un coste sanitario considerable (1).
En España durante el 2009, las ECV causaron 120.057 muertes (329 muertes cada día: en total 54.815 defunciones en varones y 65.242 en mujeres), lo que supone el 31 % de todas las muertes (28 % en varones y 35 % en mujeres) (2).
Las tres principales enfermedades cardiovasculares son la enfermedad isquémica del corazón, la enfermedad cerebrovascular y la insuficiencia cardiaca, que en conjunto producen el 75 % de toda la mortalidad cardiovascular (2).
La elevada prevalencia de estas enfermedades se asocia principalmente con conductas de riesgo o hábitos no saludables, como el tabaco, el sedentarismo, una alimentación inadecuada… y entre las recomendaciones dietéticas para prevenir estas enfermedades destacan la reducción de azúcares, sal, cereales no integrales, grasas saturadas y trans, así como el aumento de pescados y productos del mar (3).
La asociación entre el consumo de pescado azul y baja incidencia de ECV estriba fundamentalmente en la calidad de la grasa, principalmente ácidos grasos omega-3 de cadena larga como el ácido eicosapentanoico y el docosahexanoico.
Los ácidos grasos omega3 tienen diversas funciones en el organismo, tales como formar parte de las membranas celulares, principalmente en los fosfolípidos (función estructural que otorga fluidez a la membrana), son antiinflamatorios (tienen efecto directo y también modulan la respuesta inflamatoria a nivel genómico), son inhibidores de la agregación plaquetaria (antiagregantes), ejercen un efecto protector sobre el estrés oxidativo a través de la inducción de algunas enzimas oxidantes y mejoran la función endotelial, estimulando la producción fisiológica de óxido nítrico (3) el cual actúa como potente vasodilatador.
Otros de los beneficios de los ácidos grasos omega3 para prevenir ECV es que la disminución de colesterol LDL de muy baja densidad o VLDL, unido a los procesos citados anteriormente, previenen el proceso aterogénico (3). Actualmente hay algo de revuelo sobre la necesidad de la suplementación con omega 3(hipervínculo*), Recordamos una antigua entrada que sigue teniendo vigencia.
Tanto la Dieta Mediterránea (hipervínculo*) como la Japonesa tienen fama de ser las más saludables desde el prisma cardiovascular, y una de las justificaciones de este adjetivo parecen ser los omega3. En la Dieta Mediterránea no sólo los ingerimos a través del pescado, pues también se encuentran en frutos secos como las nueces. Pero tampoco hay que olvidar que en ambos estilos de vida, predomina el ejercicio físico y el trabajo rural en el medio natural, por lo que los beneficios cardiovasculares de ambos patrones alimentarios no solamente se pueden atribuir a la alimentación.
Link Dieta mediterránea: El Nutricionista ateo
Bibliografía:
- Graham I., Atar D., Boisen G. et al. Guías de práctica clínica sobre prevención de la enfermedad cardiovascular: Rev Esp Cardiol. 2008;61(1):e1–49.
- Banegas J. R. Epidemiología de las enfermedades cardiovasculares en España: importancia de la dislipidemia. Rev Nefrol. 2013;4(4):s4–8.
- Valenzuela B. R., Morales I. G., González A. M., Morales P.J., Sanhueza C. J. Ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 y enfermedad cardiovascular. Rev Chil Nutr. 2014;41(3):319–27.